Dicen que son misteriosos, que caminan con pasos cortos y miran con los ojos apenas vislumbrando luz. Lo que es cierto es que hablan discutiendo, sus carcajadas se escuchan apenas y siempre están de negocios, compran venden, regatean. Son amables, muy amables a veces, te sorprende, quieren preparar tu plato personal y no los dejas, son amables y sonrientes, escupen, no todos pero escupen, fuman mucho, cualquier tabaco porque no hay un gusto definido.
Eso si en la comida son verdaderamente exquisitos, las diferentes cocinas aun se me hacen inagotables, picosas, con pimienta, agridulces, ricas, la mayoría de las veces muy ricas. Los tés son tan variados y de tantos precias que aun no puedo hablar de ello.
Así mis primeras impresiones de Beijín, así la sonrisa en mi rostro después de algunos días.
Isolda Dosamantes
Beijin 2004