miércoles, diciembre 22, 2004

La primera nevada



Hoy amaneció tan frío que no me atrevía a levantarme, finalmente luche contra la pereza y me asomé a la ventana, mis ojos se llenaron de alegría y de lágrimas por la emoción, los grandes abetos se habían cubierto lentamente de nieve durante mi sueño, todo el jardín al que da mi balcón estaba lleno de nieve, se veía realmente maravilloso y espectacular, los árboles secos con sus pequeños copos, los abetos como verdaderos árboles navideños y el frío se colaba lentamente por las ranuras de las ventanas y de la puerta. Así que decidí salir y jugar con la nieve, salir para ver más allá de mi ventana este maravilloso paisaje, salir a comprar unos patines y quizá un mejor abrigo porque creo que el que he comprado es ahora insuficiente, a ver qué sucede, por lo pronto me voy con mis cantos de posadas y villancicos a otro lado que no sea esta máquina que me aturde la vida.