jueves, febrero 16, 2006

Canto a Yunnan

El sur, el sur, siempre el sur, con su oleada de luz y su sabor candente, el sur como el mar con su sabor a brisa, con la sal en los labios, como el canto de un ave, el sur. También en china el sur es un continuo verde, un cielo colorado, un templo en la montaña, una caricia. El sur de China es un limón como el del patio de mi casa, alguna piña, un mago. Es un pescado a las brazas, el sol sobre la frente, una vereda de hojas. Es un monje en bicicleta vestido de naranja, una niña paseando con su algodón de azucar, un arrozal y un sembradío de té.
Es, aunque cueste decirlo, estar entre la tierra disfrutando su aroma, con todos sus colores y tener en la mente una neblina de nostalgia, es amar el instante con una lágrima que escurre, es abrazarse a si mismo en la sonrisa de alguien, no importa de quien sea.

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