jueves, febrero 28, 2008
Tlaxcalita la bella
Tuve dos días libres, viaje seis horas para cenar con la familia, los extraño y llego con la espalda echa girones, deayunamos juntos ellos a sus trabajos y yo a seguir acomodando mis libros de este lado, sobre un mueble, a tirar los foldes de la secundaria o de la prepa y los recaditos que se fueron acumulando, de feliz dia de la amistad, del amor, navidad 82, las voy tirando y así dejo esos recuerdos en una parte de mi memoria y dejo espacio en un cajón para poner nuevas cosas. Luego a comer y ver la las hermosas sobrinas y a la familia, viene el tio Ricardo y Alejandro y a platicar viejos recuerdos y vivencias y sonreir entre café o tequilas, que bien que suerte verlos y que gusto, mañana quisiera ver a Victoria de Bacalar pero no´sé quiza tenga que quedarme y si voy, primero paso a ver a mis amigos de la Cucaracha al Covadonga, en fin siempre en indesición, por cierto ha pasado mes y medio y aún no sé donde vivir.
jueves, febrero 21, 2008
Eclipse
Ayer tenía muhas ganas de ver la luna, anduve de un lado a otro esperando la noche, cuando comenzó a oscurecer me fui a casa, pensaba en llamar a mis amigos para salir juntos a ver el grandioso acontecimiento y me quedé dormida.
martes, febrero 12, 2008
Teódulo Rómulo,
Hace unos días comentaba con el maestro Efrén Minero la importancia artística de Teódulo Rómulo, estabamos orgullosos de que fuera de Tlaxcala, uno nunca deja de sentir el ombligo de su tierra y el ver esta nota me llenó de alegría, la comparto:
México, 11 Feb (Notimex).- Considerado como uno de los artistas plásticos mexicanos más destacados en el ámbito del arte contemporáneo e identificado con el trabajo de sus pares oaxaqueños, el pintor Teódulo Rómulo nació el 12 de febrero de 1934. Originario de San Bartolomé Metacotlan, municipio de Tetla, en Tlaxcala, Teódulo Rómulo inició su preparación artística en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, en la que estuvo de 1966 a 1970. Luego, en ese último año, logró exponer por primera vez su trabajo en la Galería Chapultepec y posteriormente lo hizo en la Escuela de Bellas Artes de Puebla y en el Instituto de Bellas Artes de Monterrey.
México, 11 Feb (Notimex).- Considerado como uno de los artistas plásticos mexicanos más destacados en el ámbito del arte contemporáneo e identificado con el trabajo de sus pares oaxaqueños, el pintor Teódulo Rómulo nació el 12 de febrero de 1934. Originario de San Bartolomé Metacotlan, municipio de Tetla, en Tlaxcala, Teódulo Rómulo inició su preparación artística en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, en la que estuvo de 1966 a 1970. Luego, en ese último año, logró exponer por primera vez su trabajo en la Galería Chapultepec y posteriormente lo hizo en la Escuela de Bellas Artes de Puebla y en el Instituto de Bellas Artes de Monterrey.
Emigró a Argentina, sitio en donde continuó sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de Buenos Aires. Para 1973, el gobierno de Francia le otorgó una beca, con la cual pudo trabajar hasta 1976 en el taller de William Hayter, en París. Gracias a este apoyo y su esfuerzo personal, Teódulo Rómulo se hizo acreedor al Primer Premio de Pintura para los becarios del gobierno del país galo. En 1977 se le otorgó el segundo lugar del Premio Internacional de Pintura "Nichido", en la capital francesa, y obtuvo diploma de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Francia. De este país, su obra salió para ser admirada en Estados Unidos, Japón, Suiza y Marruecos. En ese mismo año montó una exposición en la Casa de México, Ciudad Internacional, en Francia. Antes había expuesto en 1971 en el Instituto Francés de América Latina (IFAL), en México, y al año siguiente en la Alianza Francesa del Estado de México. Tras conseguir el éxito y reconocimiento de varios críticos de arte, las presentaciones de su trabajo no han parado: en 1978 regresó al IFAL, al año siguiente a la Casa de México en Francia y uno más tarde expuso en la Ciudad de México y en Saltillo, Coahuila. En fecha reciente, en 1993 expuso en el Museo de Arte Moderno de Chicago, en el Museo Rufino Tamayo de la Ciudad de México, en el Museo de la Estampa de París y en el recinto con el mismo nombre de Buenos Aires, Argentina. De mayo a agosto de 2004 montó una exposición en el Museo de Arte de Tlaxcala (MAT) integrada por 52 piezas, entre óleos, esculturas, acuarelas, mixografías, gráficas, acrilografías, lo mismo que tinta sobre papel y pastel, elaboradas entre 1971 y 2003.
Sigue Teódulo Rómulo. dos. 2003. Con su obra, el gran artista mexicano ha capturado la esencia primitiva de la cultura mexicana, así como sus mitos y costumbres. Sus pinturas han revelado el gran proceso creativo del autor, quien a sus 73 años sigue demostrando lo compenetrado que está con el arte mexicano, en especial con el oaxaqueño.
El 12 de marzo de 2007 fue inaugurada en la Sala de "Pas Perdus" del Palacio de las Naciones en Ginebra, Suiza, la exposición retrospectiva por 35 años ininterrumpidos del maestro Teódulo Rómulo, titulada "Creador de imágenes", la cual sirvió de marco al cuarto periodo de sesiones del Consejo de los Derechos Humanos.
Esta muestra recorrió varias ciudades de Europa y Medio Oriente. Algunas de sus obras más destacadas son "Pelea de gallos", "Puerto de Buenos Aires", "Ave muerta" e "Imagen de Indígena".
lunes, febrero 11, 2008
La polémica del Aguascalientes: Premio Nacional de Poesía
1. Cuando entras al juego de los concursos, de las becas, de los premios te atienes a las bases, las aceptas y te la juegas.
2. Si no concursas, no ganas, como cuando compras un boleto de lotería.
3. Siempre hay anécdotas de cantina, pero no se vale amarrar navajas.
4. Mucha claridad en la toma de desiciones en poesía y en nuestro país, no, no la hay.
5. Es una lucha de capillas, los que no decidieron, están molestos.
Y podría seguir escribiendo razones y desrazones para atizar el fuego de la polémica, quizá necesaria o simplemente chisme de lavadero. Les anexo copia de los mails que me llegaron: mejor no, parecen chismes y están involucrendo a gente a la que admiro literariamente como Efraín Huerta y que no puede defenderse y aprovechándose de historias, que qué árbaros, a menos que este grabado, qué emoria fotográfica, se contaron alrededor de una copa en medio de parroquianos.
En fin, un big brother mal armado, un videoescándalo sin video, una polémica que más allá de la molestia que pudo causar a algunos el que el premio de declarara desierto, es un pretexto para lavar uno que otro trapo sucio, que seguramente los hay, pero sin pruebas.
Les anexo el texto de Eduardo Hurtado y un texto de Letras Libres que invita al diálogo :
Acerca del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2008
Como ya se ha hecho público, el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2008 ha sido declarado desierto por los tres miembros del jurado, Jorge Esquinca, José Javier Villarreal y José Luis Rivas. Lo han decidido así en ejercicio de la facultad que la Convocatoria les otorga y su arbitraje debe asumirse, según se establece en la misma, como inapelable. No obstante, la reflexión acerca del significado de este fallo es pertinente y necesaria.
Resulta inquietante, por decir lo menos, que el certamen de poesía más importante de México, al que concurre cada año una considerable proporción de los muchos autores que entre nosotros se dedican de lleno al género, arroje este resultado desalentador: entre los más de 200 originales presentados, ni uno solo alcanzó a colmar las supremas exigencias de los dictaminadores. En esto los parámetros y las subjetividades de los tres coincidieron, a juzgar por el carácter unánime de su determinación. Algo debe andar mal, muy mal en Dinamarca, si se piensa que esto sucede en un medio donde un considerable número de poetas vive consagrado al oficio, publica libros, colabora con poemas en revistas y periódicos, escribe ensayos y notas, goza de apoyos del Estado, concurre a talleres o los coordina y asiste a todo clase de actividades relacionadas con la poesía. No sólo eso: un país que goza de un amplio reconocimiento, sobre todo en el mundo de habla hispana, por la calidad de sus poetas.
Como se sabe, todo premio literario, incluidos los que, como éste, gozan de un gran prestigio, tiene altas y bajas; de todos ellos salen libros que acaban por cambiarle el rostro a una literatura, junto a otros de gran calidad pero cuya trascendencia visible resulta más o menos restringida. Estos últimos forman parte, hoy lo sabemos mejor que nunca, de ese largo proceso del que sin duda depende el surgimiento de las obras destinadas a permanecer durante mucho tiempo, acaso “para siempre”. La literatura, la necesidad de fondo que la anima, se nutre de este intercambio saludable. Entre las obras que una época considera indudables, ¿cuáles persistirán a pesar de los años? Aun los críticos mejor dotados suelen equivocarse a la hora de intentar establecerlo.
Lo que los miembros del jurado han hecho al declarar desierto el premio de poesía de mayor relevancia en nuestro medio, es implicar que una buena porción de la poesía que hoy se hace en México es de baja o mediana calidad. Juicio muy cuestionable, sobre todo si uno está al tanto de los buenos libros de poemas que cada año se editan en el país, o si frecuenta las revistas y suplementos literarios de México y de otros países donde también publican poetas mexicanos. Si el jurado se propuso, según se deduce de alguna de sus declaraciones, mostrar que este premio sólo debe otorgarse a libros “de excelencia” (término muy recurrente en medios académicos, políticos y hasta deportivos, pero de aplicación por lo menos problemática en los terrenos de la actividad artística), ha dado una muestra de soberbia. Ellos mismos recibieron este premio antes, sus obras desataron polémicas a la hora en que ganaron, y aún está por verse (sólo el tiempo lo dirá) si sus respectivos libros, esos que merecieron el galardón, tienen las cualidades necesarias para perdurar.
Por lo pronto, según se desprende de su determinación a la hora de sancionar el concurso, nada de lo que hoy se hace aquí resulta equiparable con lo que ellos mismos presentaron en su momento. Montados en esa posición de superioridad, y al autoerigirse como jueces intransigentes (categoría que busca ser prestigiosa) , con toda probabilidad descartaron más de una propuesta que, desde una mirada experta como la suya pero menos arrogante, hubiera merecido el premio. Un premio que año con año despierta filias y fobias, como sucede en todas partes; que no sólo sirve para animar un medio al que le conviene la discusión abierta, sino como un referente para observar los distintos rumbos y posibilidades de la poesía que se escribe en México. Esto incluso cuando lo que se discute es la ausencia de un nombre importante entre los premiados o el triunfo de algún título que, a juicio de algunos o de muchos, resulta cuestionable.
Sin embargo, como se ha dicho, el fallo es inapelable para efectos del dictamen —y está bien que lo sea. Lo que puede y debe discutirse es la disposición, dictada por el jurado el día en que emitió su veredicto y avalada casi de inmediato por las instituciones convocantes (de estas últimas, conviene subrayarlo, no surgió la iniciativa), de destinar el monto del premio al poeta Gerado Deniz. Se trata de un gesto demagógico, ungido de una falsa generosidad. Un gesto que equivale a una solemne caravana que el jurado ejecuta con sombrero ajeno. Desde luego, Deniz es un autor de valía y alcances indiscutibles. Se trata de un poeta mayor de la lengua. Merece premios y reconocimientos de todo género. Pero, por lo mismo, merece también que éstos provengan de iniciativas destinadas a ese fin, no que se le otorguen con fondos provenientes de uno de los pocos premios importantes para la poesía, a raíz de una decisión que sin duda levantará ámpula.
Si este poeta dueño de una larga y destacada trayectoria no ha recibido, como tantos otros artistas nuestros, el reconocimiento y el apoyo que merece, es preciso reclamarle a la sociedad y al Estado mexicanos que se repare tan grave omisión. Se trata, de hecho, de un asunto de política cultural que es urgente discutir y solventar. Habría incluso que demandar, para ir al fondo del asunto, la ampliación de las plazas eméritas en el SNCA y/o la creación de fondos especiales destinados a este fin. Me sumo desde ahora, con el mayor entusiasmo, a cualquier iniciativa que busque enmendar el descuido imperdonable cometido en contra de la obra y la figura de Gerardo Deniz. Pero entregarle el dinero de un premio en el que no participó es injusto para él y para el certamen mismo. Además, va contra el espíritu y la letra de la Convocatoria, que establece: “El Premio puede ser declarado desierto, en cuyo caso las instituciones convocantes se reservan la decisión de emplear el recurso económico correspondiente para apoyar actividades de fomento a la literatura.” Destinar el monto del premio a Gerardo Deniz no es, por donde quiera verse, una actividad de fomento a la literatura sino una acción insuficiente de apoyo a un escritor que, insisto, merece con creces ser creador emérito del SNCA y recibir reconocimientos públicos organizados ex profeso.
En todo caso, y en atención al propósito de la Convocatoria, los 250,000 pesos del certamen declarado desierto deberían destinarse a incrementar los acervos de poesía en algunas bibliotecas del interior del país, incluidos los títulos indispensables de Gerardo Deniz; de esta forma se daría impulso, de la mejor manera imaginable, al conocimiento y la difusión de nuestros poetas mejores. O bien podrían emplearse para llevar talleres de creación a los estados que más los necesitan, como Durango, Chiapas, Guerrero y tantos otros, lo cual serviría para comenzar a recomponer el estado de salud de la poesía mexicana, que según el diagnóstico del jurado es francamente grave.
Eduardo Hurtado, febrero 4 del 2008
En Letras libres:
http://www.letraslibres.com/blog/blogs/index.php?title=un_premio_desierto&more=1&c=1&tb=1&pb=1&blog=5
2. Si no concursas, no ganas, como cuando compras un boleto de lotería.
3. Siempre hay anécdotas de cantina, pero no se vale amarrar navajas.
4. Mucha claridad en la toma de desiciones en poesía y en nuestro país, no, no la hay.
5. Es una lucha de capillas, los que no decidieron, están molestos.
Y podría seguir escribiendo razones y desrazones para atizar el fuego de la polémica, quizá necesaria o simplemente chisme de lavadero. Les anexo copia de los mails que me llegaron: mejor no, parecen chismes y están involucrendo a gente a la que admiro literariamente como Efraín Huerta y que no puede defenderse y aprovechándose de historias, que qué árbaros, a menos que este grabado, qué emoria fotográfica, se contaron alrededor de una copa en medio de parroquianos.
En fin, un big brother mal armado, un videoescándalo sin video, una polémica que más allá de la molestia que pudo causar a algunos el que el premio de declarara desierto, es un pretexto para lavar uno que otro trapo sucio, que seguramente los hay, pero sin pruebas.
Les anexo el texto de Eduardo Hurtado y un texto de Letras Libres que invita al diálogo :
Acerca del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2008
Como ya se ha hecho público, el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2008 ha sido declarado desierto por los tres miembros del jurado, Jorge Esquinca, José Javier Villarreal y José Luis Rivas. Lo han decidido así en ejercicio de la facultad que la Convocatoria les otorga y su arbitraje debe asumirse, según se establece en la misma, como inapelable. No obstante, la reflexión acerca del significado de este fallo es pertinente y necesaria.
Resulta inquietante, por decir lo menos, que el certamen de poesía más importante de México, al que concurre cada año una considerable proporción de los muchos autores que entre nosotros se dedican de lleno al género, arroje este resultado desalentador: entre los más de 200 originales presentados, ni uno solo alcanzó a colmar las supremas exigencias de los dictaminadores. En esto los parámetros y las subjetividades de los tres coincidieron, a juzgar por el carácter unánime de su determinación. Algo debe andar mal, muy mal en Dinamarca, si se piensa que esto sucede en un medio donde un considerable número de poetas vive consagrado al oficio, publica libros, colabora con poemas en revistas y periódicos, escribe ensayos y notas, goza de apoyos del Estado, concurre a talleres o los coordina y asiste a todo clase de actividades relacionadas con la poesía. No sólo eso: un país que goza de un amplio reconocimiento, sobre todo en el mundo de habla hispana, por la calidad de sus poetas.
Como se sabe, todo premio literario, incluidos los que, como éste, gozan de un gran prestigio, tiene altas y bajas; de todos ellos salen libros que acaban por cambiarle el rostro a una literatura, junto a otros de gran calidad pero cuya trascendencia visible resulta más o menos restringida. Estos últimos forman parte, hoy lo sabemos mejor que nunca, de ese largo proceso del que sin duda depende el surgimiento de las obras destinadas a permanecer durante mucho tiempo, acaso “para siempre”. La literatura, la necesidad de fondo que la anima, se nutre de este intercambio saludable. Entre las obras que una época considera indudables, ¿cuáles persistirán a pesar de los años? Aun los críticos mejor dotados suelen equivocarse a la hora de intentar establecerlo.
Lo que los miembros del jurado han hecho al declarar desierto el premio de poesía de mayor relevancia en nuestro medio, es implicar que una buena porción de la poesía que hoy se hace en México es de baja o mediana calidad. Juicio muy cuestionable, sobre todo si uno está al tanto de los buenos libros de poemas que cada año se editan en el país, o si frecuenta las revistas y suplementos literarios de México y de otros países donde también publican poetas mexicanos. Si el jurado se propuso, según se deduce de alguna de sus declaraciones, mostrar que este premio sólo debe otorgarse a libros “de excelencia” (término muy recurrente en medios académicos, políticos y hasta deportivos, pero de aplicación por lo menos problemática en los terrenos de la actividad artística), ha dado una muestra de soberbia. Ellos mismos recibieron este premio antes, sus obras desataron polémicas a la hora en que ganaron, y aún está por verse (sólo el tiempo lo dirá) si sus respectivos libros, esos que merecieron el galardón, tienen las cualidades necesarias para perdurar.
Por lo pronto, según se desprende de su determinación a la hora de sancionar el concurso, nada de lo que hoy se hace aquí resulta equiparable con lo que ellos mismos presentaron en su momento. Montados en esa posición de superioridad, y al autoerigirse como jueces intransigentes (categoría que busca ser prestigiosa) , con toda probabilidad descartaron más de una propuesta que, desde una mirada experta como la suya pero menos arrogante, hubiera merecido el premio. Un premio que año con año despierta filias y fobias, como sucede en todas partes; que no sólo sirve para animar un medio al que le conviene la discusión abierta, sino como un referente para observar los distintos rumbos y posibilidades de la poesía que se escribe en México. Esto incluso cuando lo que se discute es la ausencia de un nombre importante entre los premiados o el triunfo de algún título que, a juicio de algunos o de muchos, resulta cuestionable.
Sin embargo, como se ha dicho, el fallo es inapelable para efectos del dictamen —y está bien que lo sea. Lo que puede y debe discutirse es la disposición, dictada por el jurado el día en que emitió su veredicto y avalada casi de inmediato por las instituciones convocantes (de estas últimas, conviene subrayarlo, no surgió la iniciativa), de destinar el monto del premio al poeta Gerado Deniz. Se trata de un gesto demagógico, ungido de una falsa generosidad. Un gesto que equivale a una solemne caravana que el jurado ejecuta con sombrero ajeno. Desde luego, Deniz es un autor de valía y alcances indiscutibles. Se trata de un poeta mayor de la lengua. Merece premios y reconocimientos de todo género. Pero, por lo mismo, merece también que éstos provengan de iniciativas destinadas a ese fin, no que se le otorguen con fondos provenientes de uno de los pocos premios importantes para la poesía, a raíz de una decisión que sin duda levantará ámpula.
Si este poeta dueño de una larga y destacada trayectoria no ha recibido, como tantos otros artistas nuestros, el reconocimiento y el apoyo que merece, es preciso reclamarle a la sociedad y al Estado mexicanos que se repare tan grave omisión. Se trata, de hecho, de un asunto de política cultural que es urgente discutir y solventar. Habría incluso que demandar, para ir al fondo del asunto, la ampliación de las plazas eméritas en el SNCA y/o la creación de fondos especiales destinados a este fin. Me sumo desde ahora, con el mayor entusiasmo, a cualquier iniciativa que busque enmendar el descuido imperdonable cometido en contra de la obra y la figura de Gerardo Deniz. Pero entregarle el dinero de un premio en el que no participó es injusto para él y para el certamen mismo. Además, va contra el espíritu y la letra de la Convocatoria, que establece: “El Premio puede ser declarado desierto, en cuyo caso las instituciones convocantes se reservan la decisión de emplear el recurso económico correspondiente para apoyar actividades de fomento a la literatura.” Destinar el monto del premio a Gerardo Deniz no es, por donde quiera verse, una actividad de fomento a la literatura sino una acción insuficiente de apoyo a un escritor que, insisto, merece con creces ser creador emérito del SNCA y recibir reconocimientos públicos organizados ex profeso.
En todo caso, y en atención al propósito de la Convocatoria, los 250,000 pesos del certamen declarado desierto deberían destinarse a incrementar los acervos de poesía en algunas bibliotecas del interior del país, incluidos los títulos indispensables de Gerardo Deniz; de esta forma se daría impulso, de la mejor manera imaginable, al conocimiento y la difusión de nuestros poetas mejores. O bien podrían emplearse para llevar talleres de creación a los estados que más los necesitan, como Durango, Chiapas, Guerrero y tantos otros, lo cual serviría para comenzar a recomponer el estado de salud de la poesía mexicana, que según el diagnóstico del jurado es francamente grave.
Eduardo Hurtado, febrero 4 del 2008
En Letras libres:
http://www.letraslibres.com/blog/blogs/index.php?title=un_premio_desierto&more=1&c=1&tb=1&pb=1&blog=5
viernes, febrero 01, 2008
Guaymas, Sonora: un paraíso
La noche tenía un halo de magia,antes de la premiación habíamos visitado la cada de Don Edmundo Valadés, visto sobre la rama de un árbol de más de tres metros cacareando a una gallina que se sentía pichón, a unos niños haciéndo máscaras y otras figurillas de plastilina, la tarde había sido una delicia, el mar y un pescador de bronce mirando con nostalgia las olas, habíamos degustado una carne asada deliciosa y un pay de frambuesa como pocos, la noche nos deslumbraba con su magia y alegría.
Era la noche dedicada al músico y compositor Rodolfo Rudi Montiel, maravilloso hombre, orgullo de Guaymas que fue integrante de la famosa Sonora Santanera, me decía don Rudi que hubo también en la Santanera yn Tlaxcalteca Ramos Huerta de Apizaco y le mando saludos, hubo un video sobre su vida y obra, donde las divas de los cincuenta y la música nos llevaba de la mano a bailar "es la boa....".
La belleza de las mujeres sonorenses no es un mito, desfilaban las reinas de belleza con sus trajes de princesas de cuento de hadas por el escenario, una se despedía y la otra llegaba para ser coronada reina de los Juegos florales y culturales de Guyamas, las reinas del Carnaval, de la belleza pero me encantó que más allá de eso se les ve también como embajadoras de la cultura. Me toco subir al escenario con mis zapatos que seún yo eran fantásticos hasta que me los ví en foto y pues si son fantásticos pero no hacían el super juego con mi chipao venido desde las manos de mi amigo el sastre chino y con su apertura de enseña toda la pierna, subí al escenario en medio de los aplausos, leí el poema "La sombra" que viene inclido en Abanico de palabras y cuando iba terminando, sucedió que una de las princesas se desvanecio, literalmente se desmayó y todas las miradas se fueron hacia ella, incluyéndome claro, no sabía del desmayo pero logre ver que salía del fastuoso escenario, terminé de leer muy lentamente, luego caminé junto con los pajes a coronar a la reina Sofia I, después ella me colocó una flor de oro en mi vestido chino, acto seguido, me entregaron el premio y una placa y casi me desmayo al ver al Presidente municipal, sencillo, sencible y guapo, muy guapo, despues de los consabidos besos y abrazos baje del escenario y me puse a seguir disfrutando de la ópera, los bailes y de un monólogo, todo esto dedicado a Shakespiere y por supuesto a Rudi Montiel.
Después nos invitaron a la casa de la cultura, nos esperaban bocadillos, vino y sobre todo la oportunidad de platicar con la gente de Guymas, luego vino la cantina y a eso de las cuatro ya estaba en casa durmiendo porque a las 7 tenía una entrevista en la radio.
Luego fue el mar y los paisajes.
Foto: P.S.
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