cuando cae la tarde en medio de los volcanes,
cuando amanece la Malintzi bañada de rocío,
en el instnte es que escucho el trinar de los pájaros,
y camino entre la tierra húmeda con el vientre al sol.
Soy simplemente una mujer feliz de serlo,
no me importan los misóginos, no los petulantes,
ni los mediocres que nublan los días,
paso de largo frente a ellos.
Soy feliz en mis bosques, bajo mis montañas,
jugando a la orilla del jaguey de mi pueblo,
allá junto a los magueyes y quiotes,
bajo la sombra de un manzano
como las tunas rojas que sembro mi padre.
2 comentarios:
muchas felicidades, amiga.
me alegra muchísimo tu alegría.
un abrazo desde aquí.
Me encanto. acabo de entrar por primera vez y no sera la ultima.
Saluditos desde Ottawa
Pilar
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