miércoles, septiembre 21, 2005

El quince de septiembre

A Hilda Carrasco Iriarte
El quince de septiembre hay un festejo enorme en casa, ese día nació mi madre, en Calpulalpan fue el suceso, imagino a mi abuelo nervioso y a ella, a mi Tita con la emoicón de de la vida, ha sido la mayor de siete hermanos, ha sido la joven estudiante de economía que iba a la universidad en minifalda, la sonriente madre que tiene siempre una mano amorosa frente a sus pequenas hijas a las que llama guajolotes, pollos o pollitos. Entonces uno pía y pía cuando quiere comer de sus cariños. Ha sido la esposa de un hombre amoroso y para decir verdad una trabajadora insaciable, apenas despunta la luna y ya está en la computadora o dando clases de yoga o de economía , a veces ha sido servidora pública y otras la cocinera más experimentada, ha sido repostera, a nadie le quedan mejor los pasteles de cumpleaños, siempre con la agilidad de una gacela lleva con ritmo seguro la armonía de la familia. Esta vez en su cumpleaños no comi ni chiles rellenos, ni mole, ni pozole, pero la festeje llamándola porque la amo.

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