martes, agosto 21, 2007

Hong Kong 2


El mar desde lo alto de un monte,
el mismo mar en que canté por la lluvia
en que sumergí mi piel desnuda con otra
en el que vi nacer algas en mis sueños.
El mar y noche que cae, la ciudad de las compras, los faros, las tiendas, y ahora si los cafés de chinos, el ginseng, el te con leche y cafe, la fuisión de culturas, los indúes con sus ojos enoremes que me llamaban al escalofrío del deseo, los indúes y su comida de pan en lamano con guisos, su te con leche y azúcar los ojos sus ojos que eran profundos y negros, sus cuerpos morenos, suos ojos, el mar y la tarde de compras y el regateo y el teléfono por 500 y el regateo y los relojes y el regateo en las calles y busco un té y nada y sólo el regateo y la tarde y las horas que pasan de prisa y hay que ir de vuelta a la montaña y subir al camioncito que te deja y el Chino que te detiene en un mc Donals, y te mira despacio y te estremece y te quiere llevar a sus calles y no sabes y tienes miedo y quieres ir y sales huyendo de sus manos que tocan las tuyas y huyes de sus manos quete han tomado del brazo y te acompañan a tu camión y te detienen y te dicencinco minutos y quieres decir sí ero dices no, no sé por que dices no y te vas a fumar un cigarrillo al estacionamiento que es donde se puede porque en los parques no, porque en los bares no, portque el humo está prohibido por todos lados, pero tu te vas y fumas y quieres regresar pero es tarde, tu camión llega y ves a tus camaradas de hostal y los saludas y comran unas cervezas y se las toman en lo alto de la montaña mirando al mar.

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