Diablillos, pasiones humanas que habitan el mundo.
Pintura de Akirasan, monje Budista.
Foto:ID
No sé que sucede pero de vez en cuando presiento un hacker en mi computadora, es como si de pronto se me cortaran las alas, como si no pudiera escribir, alguna mala palabra o un sinsabor cotidiano como el hecho de que ayer por andar metida como zombi de Sahuayo en la computadora se me quemaron mis calabacitas tiernas. El caso es que según yo apagué la compu y me fui a dormir, pero ohhhh sorpresa, hoy por la mañana la computadora estaba prendida a todo lo que da. Yo sé que puede ser delirio de persecución, que los nervios debido a tanto café por las mañanas me pueden estar destrozando, o la abstinencia estar haciendo estrago en mi cabeza, pero esto no me había sucedido ni en China, con todo y los comentarios diarios de que estábamos observados como en esos programas que pasan la vida de diez chavos encerrados en un cuarto, bueno pues ni allí me sentía tan en la lupa como en estos últimos días en que la gente parece tener lentes oscuros de la época de Bond. Aunque también puede ser que ayer vi una película del agente 007 y seguramente soñé en que tenía vigilantes.
Por cierto hablando de vigilantes, ayer también soñé raro, por un lado estaba en mi cama de universitaria en casa de mis papás y de pronto tenía que ir a un lugar, luego ya saben como son los sueños, estaba haciendo la compra sabatina en el maravilloso mercado de Tlaxcala, no veía nada más que frutas y mi canasta, era una canasta como la de caperucita estaba vacía, de pronto venía un aire tremendo y se la llevaba y yo corría por ella, entre la corredera me quedaba sin zapatos y tenía que pasar por un charco de lodo, no me importaba yo iba en busca de mi canasta. En la siguiente escena que recuerdo, estaba muy feliz al lado de mis papás, pero muy incómoda, todos estábamos incómodos porque yo no tenía zapatos y mis pies estaban sucios y olían terrible, de verdad que apestaban, tanto que en cuanto vi el río Zahuapan me bajé del choche y fui corre que corre a meterme al río y limpiarme los zapatos, cabe hacer la aclaración que era el mismo río Zahuapan de mi infancia, se podía jugar en él , y no había una cerca de concreto, uno podía bajar directamente y mojarse los pies en él. Luego el río me seducía y caminaba entre sus piedras muy feliz, en ese momento desperté con una sed inmensa, por aquello del agua bebí un poco y me dí un baño en la tina, rico y refrescante baño que me hizo salir contenta y pensar que sólo era un mal y raro sueño, sin embargo, cuando vi la compu prendida continué imaginando que quizá alguien le gusta husmear mis poemas, bueno seguramente tengo un lector curioso, porque mi pobre compu guarda poemas, libros, y actividades el, claro también trozos de vida en fotos y alguna que otra carta del pasado que nuca mandé y que bueno.