Ayer festejé el nacimiento de mi pequeño, recuerdo se em rompió la fuente, al ISSSTE y después la espera entre otras mujeres que venían a parir una camilla tras otra y la voz de la ginecóloga pidiendo nuestros signos vitales y la de los bebés, horas, horas y al fin me toco que me metieran al quirófano, no me hizo efecto la epidural y me tuvieron que dormir completa, sí era cesárea (moda mexicana a la que le traté de huir), sin embargo me tocó, qué sucedió después me lo pregunto una y mil veces,. Desperté toda adolorida, dormida como entre sueños escuché a una enfermera
decir "se la chinaron" supeque se refería a mi y pregunte por mi hijo, nadie me dijo nada, le pregunté a la enfermera y me dijo que esperara al médico y así pasaron horas terribles de angustia, nadie me decía nada. Me trasladaron a piso, un pequeño cuarto con dos camas, me compañera de piso había tenido un legrado, mi angustia seguía ahi, en la incógnita, pasaban las enfermeras a tomarme los signos, me desangraba, creo pues cuando pasó un médico, les dijo que me cambaran y revisaran que era mucha sangre, si me cambiaron y yo preguntaba y me decían que luego, llego mi madre, pregunté cómo estaba mi pequeño, me dijo que bien, que ya había nacido, lloré, lloré de la emoción de saberlo bien.Han pasado ocho años, mi pequeño está bien, creciendo, esa angustia que sentí muchas veces me acompaña transformada en preocupación, en alegría, en lucha. Gracias al universo por permitirme ver el crecimiento de mi hijo.
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