Nos invitaron a una cena.
La cena en lugar de ser a las siete como en casa de otros amigos canadiesnses era a las cinco. Acabábamos de llegar del supermercado "El tigre" donde todo es más barato al menos un dólar, estaba lloviendo y estábamos hechos una sopa, acabábamos de quitarnos los zapatos y disponíamos a fumarnos un cigarro cuado sonó el teléfono, era César que venía por nosotros, nos apresurarnos a camabiarnos de zapatos y de chamarras, bajamos rumbo a la cena que estuvo realmente deliciosa.
Comer comer, no fue, fua algo más, nos sentamos a las seis con una copita unos de tequila, otros de mezcal y claro, pedí un delicioso Ron, luego de platicer los problemas socilales de México, el avionazo es un tema, Gobernación y su nuevo secretario otro y para cambiarle nos enteramos de que uno tarda más o menos una semana en llegar en coche de Canadá a la Ciudad de México. Luego de hablar un rato pasamos a la mesa.
El menú que duró desde seis y media hasta las 12 de la noche no se hizo esperar, sopa de haba, costillas de puerco acompañadas al huajillo acompañadas de papas y ejotes, de frijoles, pan mantequilla y vino tinto, como tercer tiempo ensalada verde y luego chocolates y después flan, pastel, más chocolates y fruta, el cafecito, luego el digestivo con un vinito de manzana.
Y claro una platica amena, todos lo disfrutamos mucho, me encantó ver a César con su sonrisa enorme, a S con su elegancia, conocer más a tere nuestra anfitriona y su maravilloso esposo y ver a mi K de la I comapartiendo feliz estos nuevos espacios para ambos.
Sí, ya se´ñ que me falta destacar más los platillos pero a decir verdad estaban bien sabrosos y no paramos de comer hasta que salimos de la cena, chocolates, fresas, frambuesas, pasteles, flan, en fin después de tanto café no podíamos dormir hable que hable.
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