martes, enero 18, 2011
Entre libros te veas
Estoy redisfrutando dos libros que me encantan, Soledad al cubo de Francisco Hernández y La casa encendida de Luis Rosales, con ellos comencé el año y los voy degustando como al buen vino dicen los conocedores se disfruta en cada sorbo. De pronto irrumpen el maravilloso libro Memorias en mole de olla y me lleva a la cocina de mi infancia en los pueblos, al chito, a los escamoles a los gusanos refritos en manteca, me lleva a las fiestas del centenario y bicentenario que no terminan su descenlace y estoy en eso cuando recibo un na pareja de libros maravillosos titulada Cancionero Histórico chilango volumen I y II, y cuando digo irrumpen es que no puedo dejar de leer los corridos y las canciones que me cuenta la ciudad de México. Camino por 20 de noviembre, sunbo uno de los edificios con puertas enormes, camino por 20 de noviembre, compro café en la esquina de Regina, Yuuki observa el camino, me acompaña a un edifico en la calle de Isabel la Catolica y San Jerónimo, lo abrazan como siempre, le dan sus besos de bienvenido, Yuuki sonrie, se duerme, come, sonrie, salimos de la vecindad, como una torta de milanesa y regreso a casa, leeo el cancionero e imagino esas calles tal como las pinta Elena en Hasta no verte Jesús mío.
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