Salimos de Tlaxcla rumbo a Tehuacán, compramos en el camino unos duraznos prisco que nos supieron deliciosos y luego olvidamos hasta que les salieron gusanos.
Encontramos un hotel maravilloso al estilo árabe, había spa y temazcal y el año parecía un Haman marroquí, y sobre todo había un área verde y una maravillosa alberca que maravilló al pequeño Yuu.
No pudo faltar la vuelta por el centro, visitar la catedral y andar por el parque y sus globos que llaman como un imán a Yuuki.
Luego emprendimos el viaje a Oaxaca. Nos esperanza un café delicioso, un concierto de marimba que Yuui disfruto muchísimo y una deliciosa pizza de berenjena. Por la mañana desayunamos en el mercado, K y yo unas deliciosas Tlayudas y Yuukun un chocolate tradicional con su pan de huevo.
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