jueves, noviembre 22, 2007

Aretes de cumpleaños


Era una adolescente cuando lo veía pasar con sus ojos grandes capulineados, llevaba botas, y una guitarra con la que enamoraba jovencitas. Lo veía pasar y pensaba en un sembradío de girasoles donse corríamos tomados de la mano, suna cursi y los sueños muchas veces son color cursi que no rosa. Un día, en esas clases de inglés repetitivas que muchos tenemos en provincia, llegó el por mí en su caballo blanco, ja, llegó por mi maestra que resulto ser una rubia como las de la superior. Al paso de los años lo encontré en medio de tequilas y poemas. Fueron entonces las palabras, la guitarra pendiente de una mano, las horas de lectura los que giraron de los ojos al fuego lento de una mano. Recuerdo una noche de cumpleños su cajita de moños azules, sus aretes.

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