sábado, marzo 10, 2007

Mujeres, 8 de marzo de 2007

Una vez más mientras se conmemora el día internacional de la mujer y recibo cartitas, mails, pps, mafaldas, y hasta una invitación a comer de parte del gobierno chino, me entero de más casos de violencia, así como si nada aparece a mi alrededor la historia de una mexicana de provincia que se enamoró de un alcohólico en una combi en la que viajaba, entre borracheras de pulque de punta y una que otra madrina al sabor de Joaquín Sabina le nació una semilla en el vientre y decidió hacerla hijo entre la ida y venida del nixtamal y los frijoles, otra, muy de ciudad ella que andaba siempre de pico y guante, con la nariz al aire, con las zapatillas lustradas y las uñas recientes de salón de belleza, en medio de una fiesta fue violada por su novio, no faltan historias de violencia doméstica en la televisión, pero cuando te enteras que a tu alrededor suceden, te tocan, te estremecen por el silencio que aún guardan, guardamos las mujeres con respecto al trato, maltrato de la sociedad y ojo no sé trata de ser feminista a ultranza, ni de ponerse la máscara de mártir, pero uno no puede cerrar los ojos, ja, estamos en la era de la modernidad, la "igualdad", los derechos humanos, pero pareciera que no hemos salido de la época inquisitora y aún somos quemadas y ahorcadas en las plazas públicas de otra manera. Otra de mis conocidas, se embaraza, está feliz de ser madre y teme decirlo a su jefe, ella siempre tan eficaz y profesional, tan competitiva, pero pues por honorarios, hacía unos días que le dijeron que le renovarían el contrato y, cuando se le ocurre decir "voy a ser madre", el jefe palidece, -- Huy pues así no sé si se te pueda renovar el contrato, es que no vas a tener tiempo.
Y comienzan los peros que resuenan como ecos de adolescencia y ella, claro, como que los católicos tenemos pegada la culpa entre las venas, en vez de indignarse, por su cabeza pasa la culpa, como si formar una familia fuera un pecado que está prohibido a las mujeres profesionistas. Y como esas historias, hay un montón, la que termina en un hospital por ser más flaca que una modelo y gustarle al marido novio o lo que sea, atrás de esa actitud, hay violencia, o la que fue aciosada por su jefe (alguna vez mi caso) y que por no crearse problemas, calla y lo desprecia en silencio y prefiere cambiar de chamba. No hay duda que aunque parezca un cliché de pronto redescubres que sí, que como dice Maricruz Patiño, en una reciente conferencia, tenemos roles, o somos, madres-esposas, o monjas, o putas. Lo cierto es que en la vida cotidiana, aún estamos en la era de la discriminación y la misoginia (y no necesariamente hecha por los hombres).

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