lunes, mayo 18, 2009

Fin de semana en Montreal

Viernes, llegada y cena: mexicana. Sábado: cursos sobre la enseñanza del español, comida pesasada en un restaurante librería, más cursos, cafecito con J. Lazos y cena: mexicana.
Domingo: cursos, libros, cursos, brindis y adivinen, comida:

Sí, adivinaron, los mexicanos en Canadá festejamos siempre la comida mexicana: enchiladas, sopes, pozole, menudo, huaraches ¿Qué platillos comen los canadienses? ¿A qué sabe la carne de bisonte? ¿Qué es el patechinua? ¿Cómo se escribe? Necesito más amigos canadienses.


Lo mejor delviaje: el oratorio de la Universidad de Montreal.
Lo peor: la curiosidad de mis colegas por mi vida privada.
Lo más divertido: decir "la note" en ligar del recibo (en francés, claro).
Lo más aburrido: el no tener nada de plática.
Lo más desespernate: la chinofobia despertada por los medios de comunicación en los mexicanos que no tienen ni la menor idea de la grandeza de China.
Lo más risible: los mexicanos que repiten lo que dicen los canales de TV.
Lo menos desesperante: la subidita a las conferencias.
Lo bueno: la plática sobre los libros ele y su uso en en Cervantes de Pekín.
Lo malo: algunos conferencista que sólo vendían sus libros.
La diferencia: los puntos de vista.
la coincidencia: el buen corazón de algún colega.

En la foto él árbol aroma de la U de M.


El logro: dos amigos nuevos, una profesora de secundaria y mi amiga mexico-candiense.
El más guapo: ninguno, no tengo ojos para nadie que no sea Katsumi.
El más feo: uno gordototote.
El pecado: comer, comer y tragar comida mexicana.
El resultado: dos kilos de más.
La promesa: haré ejercicio, haré ejercicio, caminaré al trabajo.




En la foto mi amiga María.





Profesora mexicana exitosa en Canadá, en la foto nos muestra su libro para la enseñanza del español.






Autora española de libros para incrementar el léxico en estudiantes de español como L2.

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