jueves, diciembre 07, 2006

Ayo regresa...Adams??

Parecía que la historia había terminado, de hecho de para mí quedó allí, un hombre que se mostró primero como todo un caballero, que me pretendió día a día con invitaciones lujosas, que me presentó a sus padres por teléfono, que se fue metiendo en mi vida hasta que una mañana decidí aceptarlo, salir con él más allá de la amistad, ser su novia, después lo que ya saben, de pronto me vi en el espejo y me descubrí cara de papeles de indocumentado o de residencia, o de millonaria europea, cuando le dije que era pobre, que mi sueldo lo mandaba a mi familia en México, que México era tercermundista, una mañana partió de viaje y cuando regresó se fue a vivir con una china, eso lo supe después de semanas de incertidumbre, no importa como pero lo supe, me sumí en una profunda tristeza, por mí, de pronto me di cuenta de lo ingenua que se puede ser, de lo estúpida. Sí, me había enamorado. Hace más o menos una semana recomenzaron sus llamadas, cómo estás, te extraño, me decía. Después de mis bien gracias hasta luego y de mi corazón que saltaba con cada llamada sin hacerle caso a mis neuronas, comenzaron los mensajes dos o tres diarios, ayer llegaron a nueve y cuando llamó ya no estaba feliz de sus mensajes, ya estaba harta, porque sabía que estaba con otra mujer, que no sé que juego quería jugar y le llamé, le dije que por favor siguiera su camino, que sí, que me gustaba, que incluso lo quería, pero que yo no tenía dinero, y que aunque lo tuviera no quería una relación de intereses, que se quedara con su china, intentó negarlo, colgué. Hoy me llamaron urgente, Adams se había peleado con un amigo, necesitaba mi ayuda, me dijeron, salí disparada rumbo a la dirección que me dieron, la puerta estaba abierta, Adams estaba en el suelo, inconsciente, bañado en sangre, por todo el departamento había sangre, sentí el cuerpo de Adams, limpié un poco de su sangre por el rostro, no sabía que hacer y salí del departamento y del edifico por un instante, un segundo después salió un señor de otro departamento y se me cerró la puerta, estaba temblando cuando vi que salía, le grite Adams, no contestó, no me miró si quiera, quise ir tras él pero una sensación de violencia, de sangre caliente me retuvo, tenía miedo, camine un poco dando vueltas por entre los edificios, llamé a su teléfono, desconectado. Decidí irme, en la puerta, estaba la policía, el hablaba con la policía, quise acercarme pero preferí mirar de lejos, de pronto él se subía a un auto, toque en la ventanilla, no abrió, la gente me miraba, decidí irme de nueva cuanta, la mujer del auto se detuvo más adelante para hablar, les hice señas de adiós, no es importante, pensé que no era necesaria mi presencia, que quizá ella era la china por la que me dejó y que ya tenía quien le curara sus heridas. No habían pasado ni veinte minutos cuando sonó el celular, se habían peleado porque según Adams, el otro amigo me dijo lo de la china y no sé que tantas cosas, ahora tengo el estómago revuelto, las ideas revueltas las emociones en vértigo. ¡chale!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El hombre es el único animal que se equivoca dos veces... o más.

Recuerda eso. Y sobre todo, medítalo.

Isolda Dosamantes dijo...

Sí, o tres o cinco, o de plano no sale de su casa por si lluve.

Anónimo dijo...

lluve o llueve, creo que llueve en tu corazón