sábado, febrero 03, 2007

Sueños de cama dura

En el tren, litera de tercer piso, dura, cansado el cuerpo, los ojos, dormía placidamente cuando a mis sueños llegó su mano, su mano danzaba mi cabello mi cabello, yo en un vestido rojo de oficina burocrática recostaba mi cabeza en sus piernas, su mano se fundía en mi cabello, vagaba por mi cuerpo. No, no dormía, dormitaba en el placer, disfrutando ese mar de sensaciones que provoca la mano del otro sobre tu cuerpo, me sentía plena. Hace semanas, mese años, no recordaba esos instantes del amor. Desperté con los labios secos en busca del beso, estaba en el tercer piso de las literas de Beijing a Xian, ahora hacía memoria de ese sencillo placer que te rpovoca las manosdel otro una tarde después del trabjo, esas esacapadas al llano para besarnos, ese calcular la casa sola para habitarnos, ese encontrar casas deshabitadas, autos abandonados y rincones, supe entonces, ayer mismo, que a pesar de todas mis teorías, le amaba, le amaba con la sencillez inexplicable del amor, con la inocencia y la búsqueda constante para perderse en los ojos del otro, le amaba sin darme cuenta del amor entre canciones de Sabina, alcohol y drogas.

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