miércoles, octubre 18, 2006

Día de muertos

Se acerca el día de muertos y en México se celebra a lo grande, en mi casa por ejemplo, tenemos la tradición de poner la ofrenda a nuestros muertitos, adornamos una mesa con papel de china de colores brillantes y ponemos varias charolas rellenas de pan de muerto (hojaldras), compramos fruta de temporada, ya para esta época hay mandarinas, cañas, jícamas, le ponemos también naranjas, tejocotes y dulce de calabaza, tejocotes en almíbar, café legal con leche, que era el que le gustaba a mi bisabuelita Juanita y algunos guisos, a veces hacemos mole verde y pipian, o rajas con papas o chiles rellenos, los guisos de nuestra ofrenda cambian pero nunca faltan las cosas que ya he dicho y las flores, compramos cempatzuchitl y flor de nube principalmente, ponemos también vasos de agua , sal, tierra y veladoras, y claro muchos de los santitos de la casa, crucifijos y rosarios, la verdad nos queda muy bonita, casi siempre participamos todos para poner la ofrenda, pero cada año tiene el toque especial de alguien. Después se ha hecho costumbre ir al panteón a visitar la tumba de mi abuelita, le ponemos flores, la limpiamos de la hierba, la adornamos y luego, algo sucede, sucede que este día coincide con la feria de Tlaxcala y casi, casi del panteón nos vamos para allá, pero algo pasa, como que nos ponemos de de mal humor, a veces yo, a veces alguna de mis hermanas, se ha vuelto algo común, quizá es una manera de reaccionar ante el recuerdo de la abue o ante el dolor, no lo sé pero sucede. Sin embargo ese día llegan, según nuestra creencia y tradición, los muertos, llegan a ver como estamos, regresan del Mictlán a saludarnos, beben agua y comen de las cosas de la ofrenda, por eso los mexicanos festejamos el encuentro con nuestros ancestros que están ya del otro lado, se supone que además nos ayudan desde ese otro lugar y nos apoyan, yo acostumbro platicar con mi abuela y a veces, cuando las cosas no me van muy bien hasta lloro, quizá para los sicólogos sea una especie de catarsis, y lo es, es como el momento catártico del teatro, imagínense, un momento catártico de miles o millones de mexicanos que comparten el hecho, entonces más que ver a la muerte como algo ajeno, hacemos una fiesta para recordar a quienes en vida nos dieron el aliento y ponemos ofrendas y hacemos concursos de ofrendas y hacemos calaveritas de papel, de dulce con nuestros nombres y hasta de plástico, incluso jugamos y versificamos con los nombres de nuestros amigos, con los políticos, con los personajes importantes del país, de ahí la idea por ejemplo ahora en Internet de traspasar un festival sobre la muerte a Internet, por allá en el norte de mi alejado país un grupo de compas lo están realizando, ustedes pueden verlo en: http://lamuertetienepermiso.blogspot.com/////

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