martes, noviembre 07, 2006

Un día más de periódicos

Cada vez entiendo menos al mundo, cada día que abro el periódico y veo repetida innumerables veces la palabra muerte, algo sucede dentro de mí, es como si cada vez que se escribe la tinta se acabara, como si el ángel hubiera decidido abandonarnos, como si a través de la ceguera de los otros como si fuera una rendija pudiera ver las la luz de cada ser, como se incendia con las voces. De pronto dejo de pensar en la injusticia y la lucha y sólo pienso en la palabra muerte que se va apoderando de los diarios, parece que una muerte llama a otra decía mi abuela, eso dicen en el pueblo que nadie se va sólo que se van jalando unos a otros, pero en la tierra estamos confundiendo la palabra, hay otra, la que nombra lo sucede en las plaza con palos, macanas, bombas piedras y armas, a quién le importa el bando, cada uno se va convirtiendo en muerto, en asesino. Asesino, esa es la otra palabra que se nos va borrando, esta vez no es serial, está ofuscado por el odio de los años, por que le han sembrado, por la injusticia de no tener pal pan, está sembrado por sus tardes al sol entre las milpas, por el de junto que le habla injusticia, pero el de junto, no está, ese descansa, el de junto muchas veces tiene la capacidad de olvido, pero el otro, los muchos otras no piensan un segundo, se ofuscan, sacan sus palos, quieren morir como guerreros como héroes, pero no es una película gringa, y no hay rambos, sólo hay muertos y asesinos, asesinos muertos y vivos y más muertos. Estamos en época de incendio, por nuestra sangre corre la memoria y basta un fósforo encendido, para que se derrame un pueblo entre sus sangre. En el periódico, si quitamos los nombres de países, podemos ver las muertes como puntos, cifras, letras que se juntan y la nombran. Cada vez más le tengo miedo al mundo.

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