sábado, julio 09, 2005

Contemplar la muralla

Para Agustín del sur, por
Bacalar y sus colores.

Fui a la muralla, la contemple por horas, la caminé entre el calor y mis pies que cada vez se cansan más, se hinchan, no importó, es impresionante su fuerza, sus vericuetos que parecen ocultos, sus constantes subidas y bajadas por los cerros y el viento, el viento jugaba con la gente, la despeinaba y le hacía cosquillas, porque no sé, todos tenían una sonrisa que parecía estar a punto de volverse carcajada. Ah los chinos, elegantes de traje y zapatos la subían y bajaban como si fueran colegiales y ellas de zapatilla, cómo pueden me preguntaba y sus pasos pequeñitos de a brinquito parecían, subían y bajaban alegres mientras yo me detenía a descansar, algunos eran ancianos más ágiles que gacelas danzaban sobre la muralla deteniéndose sólo para una fotografía y otra y otra, mientras los occidentales, nos deteníamos a descansar los muslos que temblaban. Y la muralla era el testigo de la tarde que se iba.

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